miércoles, 30 de abril de 2014

Serie actualidad informativa, 3 y 4 dos nuevos poemas: RICAS Y RICOS DE ESPAÑA

Ricas de España

Cuando Carmen Ordóñez, la Divina,   
fue a desintoxicarse, el terapeuta
del Centro le enseñó a planchar
su ropa por primera vez en su vida;
la pobre lo contaba en Telecinco,
horrorizada.
                         De todos
los trucos de belleza
que usan nuestras guapas españolas,
el de no dar un palo al agua
es el más efectivo, te lo digo yo
que llevo las uñas destrozadas
de tanto corregir este puto poema.
Sin olvidar al hombre de negocios
que te despose, que te ponga cuentas
en Suiza y sus casas a tu nombre.

“¿Blanqueamiento, señor juez?
¿alzamiento de bienes?
ni siquiera conozco esos conceptos”,
así decían luego en el banquillo
las rubias acusadas de Marbella.
Aunque esto del marido es más difícil.
Cada vez quedan menos gilipollas
de esos de derechas que se piensan
que la mujer no debe trabajar:
el que no te pone una boutique
te recomienda como secretaria
o te anima en los estudios.
El mundo es cada día más difícil
para las chicas monas. La mayoría
tendrá que trabajar como cajera
de algún supermercado.


Ricos de España

Parecen caballeros
los empresarios españoles
porque se visten con corbata,
presumen en congresos, llevan a sus esposas
a clínicas de estética carísimas                           
y atienden a la prensa en los hoteles.
Carniceros y sastres que han tenido
gran éxito vendiendo la tienda de sus padres,
cursando una sencilla carrera de económicas
donde aprendieron a fundar
talleres en Marruecos y a comprar
al por mayor en Sudamérica.
Con ese mínimo curriculum                   
salen en público diciendo
que el obrero español les sale caro
y vota mucho a los sociatas,
mientras que el chino tiene          
un estado policial y un credo
que invita a la impotencia.
Esta moral del rico no es tan rara:
la ausencia de empatía
se encuentra en todos los psicópatas.
A los caciques españoles
la Ley, lo porvenir,
el mundo donde viven les estorba;
para ellos forman parte de los trastos
que tienen los criados en sus habitaciones.


Cristina Morano (inéditos, solo disponibles en este blog)


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