viernes, 3 de enero de 2014

Serie Notas de sociedad: 03 MAMÁ PATA


MAMÁ PATA
En el parque urbano, las miradas estremecidas de admiración de los viandantes se centran en la joven madre que pasea a su retoño en el preceptivo carrito de bebé, estampado en tonos rosas y negros según la moda de la temporada. De vez en cuando, la maternal pareja es interrumpida por paseantes muy cercanos a la familia, que danse a conocer al resto de visitantes con aspavientos y grititos de reconocimiento. La especie humana se revela entonces como gran admiradora de la función maternal de sus individuos femeninos, y ejemplares de más edad animan a las jóvenes a embarazarse, asegurando que la maternidad es la experiencia más sofisticada con que puede soñarse desde niña. Acordados todos en este punto, se separan los amistosos personajes, no sin antes dejar paso respetuosamente a una pata negra y verde, seguida de cuatro patitos pardos tan minúsculos, que podemos certificar que ha pasado por el alumbramiento al mismo tiempo que la joven humana pero, qué duda cabe, con muchísimo más éxito. Una vez alejada la pata y sus patitos del centro de atención, los paseantes quedan silenciosos, levemente compungidos, como si de repente comprendieran que sus vidas hubieran consistido solo en actos animalescos, tales como reproducirse y comer y poco más. Y aun así, verse superados largamente por el ánade común. Qué villanía.

Cristina Morano

Sí al aborto libre y gratuito desde los doce años

 

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