Anne Carson escribe en "La belleza del marido"
como última consideración
acerca de su vida conyugal:
Lo amé por su belleza.
Para un hombre tan intelectual, tan culto
que en sus ratos libres discutía los detalles
de la batalla de Borodino,
ser considerado una belleza
-un cuerpo, un objeto, un animal-
debió ser una verdadera,
última, seminal, terrible ofensa.
Sin embargo:
Y volvería a amarlo si lo tuviera cerca.
La poesía no estaba en la venganza:
Este es mi consejo/ retén./ Retén la belleza.
Cristina Morano
Cristina Morano
No hay comentarios:
Publicar un comentario